Por Rodrigo M. Vilchis
Mucho se ha hablado de una persona considerada como criminal por la justicia nacional. Aun cuando el tratado de Estrasburgo permite el análisis para que una persona condenada en un país extranjero sea extraditada al de origen para finalizar el cumplimiento de la pena impuesta, no es menos cierto que las autoridades de Francia saben que tienen la posibilidad de indultarla, es decir, liberarla por autoridad propia bajo el argumento de un procedimiento judicial en entredicho.
En el fondo no hay más que un balconeo más a nivel mundial de nuestros procedimientos, ejecución y camino tortuoso para cumplir con la ley. Los supuestos montajes de pruebas, la propaganda de su aprehensión y los intereses internacionales han dado una mezcla agria en la que el sistema judicial mexicano se ha puesto en entre dicho.
París en la actualidad. Foto Addy M.
Desafortunadamente para México, este escollo ha puesto en evidencia con lo que frecuentemente nos encontramos los litigantes: trámites absurdos, mañas administrativas y ejecuciones a medias. De ahí lo importante que es para todos que nuestro sistema se haya balconeado y el mundo internacional comprenda lo difícil que es obtener justicia en nuestro país. También nos hace pensar en cuánto delincuente está libre mientras personas evidentemente sin responsabilidad o culpa son investigadas.
Para ponerlo más claro y en experiencia de cualquiera, vaya a denunciar que le robaron el celular y verá que usted mismo puede resultar incrimindado por falsedad de declaraciones o pregunte por qué no han atrapado a distinguidas personalidades. La respuesta será semejante, porque la impartición de justicia nacional todavía tiene innumerables huecos.
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