GACETA JURIDICA UVM SAN ANGEL

martes, 20 de enero de 2015

La fallida democracia francesa respecto a sus migrantes

Por Rodrigo Marín Vilchis.

Ha rondado por los medios electrónicos la noticia de que el pasado 7 de enero se registró un atentado contra el semanario Charlie Hebdo, una revista satírica que recientemente se había burlado frecuentemente del profeta Mahoma y de muchos otros líderes religiosos. De dicho atentado el saldo fue de doce personas fallecidas y en ataques similares posteriores, en cuanto a su característica antisemítica o de sesgo social religioso, fallecieron veinte personas. Días después, el 9 de enero, todos los supuestos autores materiales fueron abatidos.

Este caso nos puede hacer reflexionar en la fallida democracia francesa, pues aparentemente no ha podido gobernar a todos sus miembros quienes han perpetrado varios escandalosos asesinatos.

Estos hechos han envuelto de luto su emblemático tenor, libertad, igualdad y fraternidad. Parece que ni la libertad de expresión, ni la igualdad por creencias religiosas ni la fraternidad entre los franceses, aunque de distintos orígenes y creencias se ha logrado.

En efecto, desde hace años, el índice de migración de extranjeros a París ha ido en aumento. Mientras que los oriundos reducen su tasa de natalidad, los inmigrantes aumentan al punto de tener ya, en nuestras días, una proporción representativa en las elecciones democráticas. En otras palabras, los parisinos han cedido en número respecto a las mayorías que sostienen la democracia.

Según datos Banco Mundial, Francia se encuentra en los primeros tres países del mundo con mayor proporción de inmigrantes. (1)

Dejando de lado las elecciones, modo tradicional de legitimar la democracia, a la que solo tienen acceso aquellas personas que cuentan con sus documentos en regla, en términos absolutos, ¿qué no un sistema democrático significa que el mayor número de personas que conforma a la sociedad es quien debe gobernar?

Meaney y Mounk (2014), reflexionan al respecto. Aseguran que la democracia “debiera ser el gobierno del pueblo” y continúan más adelante, “es absurdo creer que en la actualidad nuestros gobiernos se deban al pueblo.” (2). Así lo ha mostrado el caso de París. La sociedad está formada de una gran población de gente que no es nativa, pero que ya son parte de la comunidad. Es claro que no mandan ni tienen autoridad alguna. Prueba de ello es que la editorial atacada no fue controlada oportunamente y que, aparentemente vulneró reiteradamente el honor e intereses religiosos de un sector en específico.

Estos mismos autores, Meaney y Mounk, refieren cómo en la antigua Atenas, “los ciudadanos constituían, a lo mucho, la quinta parte de la población, el resto eran mujeres, niños, residentes extranjeros y esclavos.” De ahí se desprende una aguda crisis de “legitimidad de la democracia” (3) pues entonces el gobierno que de ella emane, no necesariamente se identifica con la población y cabe la posibilidad de que incluso no haya asertividad con la mayoría, lo que es opuesto al ideal característico de la definición clásica de la democracia.

Pero la presión extranjera sobre Francia no se resume a sus habitantes. Además del infiltramiento de las redes terroristas, se adicionan los medios de comunicación y, particularmente, las redes sociales (4). La democracia contemporánea que, en tiempos de campaña electoral se construye utilizando los medios tecnológicos, ahora un sector social busca estos mismos recursos para revindicar su ejercicio del poder.

Esta es una de las razones por las que es necesario recordar que el contexto social general es un componenete importante de la democracia, de ahí que es indispensable que todo gobierno preste atención a la historia y características específicas de su población.  De esta manera, las elecciones que lo legitiman podrían ser verdaderamente “limpias” (5) siempre y cuando consideren los intereses de la comunidad completa, incluso los de los migrantes, independientmente de su participación o no en los sufragios.

En los casos específicos de los atentados parisinos, reitero, es probable que el interés de un numeroso sector de la población no haya sido debidamente respetado, lo que resulta paradójico para la nación líder en los ideales democráticos, pues la soberanía, que supone que poder reside en el pueblo, con estos acontecimientos se puso en evidencia que el gobierno no pudo garantizar la seguridad pública. En este sentido, es la ciudadanía, quien proviene de un largo proceso de elaboración en doctrinas religiosas, éticas y filosóficas (6), es quien faculta la legitimidad del gobierno quien parece no haber actuado en consecuencia.

Luis Fernando Aguilar Villanueva, filósofo y político, refiere cómo la globalización significa fundamentalmente la desterritorialización. Este desate jurídico, como el caso de referencia, trae como consecuencia una conducta de ingobernabilidad. Este concepto significa la posibilidad o probabilidad de que el gobierno deje de gobernar a su sociedad. Como muestra, tenemos este caso específico en que intervinieron terroristas. De igual modo, la ingobernabilidad puede resultar de una situación compleja a consecuencia de la migración a ciudades con crecimiento nativo en declive.  De ahí la conveniencia de "un nuevo proceso directivo de la sociedad” y la necesidad de que participe íntegramente la sociedad, en todos sus sectores, pues “el  gobierno es un agente de dirección necesario pero insuficiente” (7) para resolver las diferencias sociales.

En mi opinión, podemos concluir que en el caso de que los ataques se llevaron  a cabo por haber sido vulnerados los derechos de algunos sectores sociales, particularmente de migrantes, pudo haber sido evitado si el gobierno hubiese atendido de forma oportuna sus reclamos y que las relaciones de poder que existen en estructuras sociales concretas, deben de considerar los límites de la sociedad cambiante (8), en particular, las necesidades e intereses de los migrantes.

El caso de los recientes atentados en París, han ganado a pulso la reflexión global de atender mejor a las nuevas sociedades, en particular a las de los migrantes.

NOTAS:
(1) Datos sobre migración y remesas 2011 2.aedición, p. 76, disponible en:http://siteresources.worldbank.org/INTPROSPECTS/Resources/334934-1110315015165/Factbook2011Spanish.pdf el 14 de enero de 2015.

(2)  Meaney Thomas y Mounk, Yascha. ¿Qué era la democracia? En Letras Libres, Revista Dossier. 13 de enero de 2015, p.1., disponible en: http://www.letraslibres.com/revista/dossier/que-era-la-democracia
El día 14 de enero de 2015.

(3) Meaney Thomas y Mounk, Yascha, op. cit. pp. 2 y 3.

(4) Becerra, Ricardo y Zovatto, Daniel. 30 años de democracias en América Latina. 1 de noviembre de 2010. Disponible en: http://www.nexos.com.mx/?p=13994 el día 14 de enero de 2015.

(5)  O´Donell Guillermo. Notas sobre la democracia en América Latina. En Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD). La democracia en América Latina: hacia una democrtacia de ciudadanas y ciudadanos. 2ª. Ed.Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A. Buenos Aires, 2004.p.22, 25, 26.

(6)  O´Donell Guillermo, op. cit., pp. 22, 25, 26 y 31.

(7) Aguilar Luis F. El aporte de la Política Pública y de la Nueva Gestión Pública a la gobernanza. Publicado en la Revista del CLAD Reforma y Democracia. No. 39. Caracas. 2007

(8)  Castells, Manuel. Traducción de María Hernández. Comunicación y poder. Alianza Editorial. Madrid, 2009, p.43.