En efecto, en México, por años, los noticieros editaban las
intervenciones políticas de Chávez
señalando casi exclusivamente sus extravagancias y errores políticos en la
interpretación extranjera. De ahí que hay quienes afirman hoy, que su mal
desempeño se manifiesta en las devaluaciones de su propia moneda. Estos
parámetros han sido equiparados a situaciones mexicanas de sexenios pasados pero
que erróneamente no toman en cuenta la recesión económica mundial. También se
le ha criticado la falta de efectividad de su potencia petrolera, pero no se ha
tomado en consideración la tendencia absoluta a la soberanía y control nacional
sobre el crudo a diferencia de nuestra nación. Se le ha acusado de ahuyentar a
la inversión extranjera sin valorar la autonomía que ha generado para el mismo
pueblo venezolano, tendencia totalmente opuesta nuestro sistema nacional que de
hecho permite una insuperable influencia extranjera en nuestros propios
intereses. Estos señalamientos son tan aventurados, como si estos críticos
conocieran la única llave de prosperidad. Así solo podríamos decir que solo las personas ricas son las únicas que tienen éxito lo que es un error.
De ahí que en mi opinión, sin ser chavista en modo alguno, considero que estos parámetros no pueden ser las categorías
exclusivas para medir el éxito político.
Me ha llamado mucho la atención la patente aclamación del
pueblo ante su fallecimiento. Además, son innumerables los líderes políticos de
diversas naciones que han elogiado su gestión y su personalidad. Yo pondría muy en duda a quienes han
afirmado que su gestión fue un enorme su fracaso político. ¿Es que la solución es evitar la izquierda?
¿Solo la democracia es el sistema único que permite el éxito de una sociedad?
Por lo anterior, considero que Chávez solo puede ser valorado
por los mismos venezolanos, pues con frecuencia, a México solo le ha llegado la
información pasada por el tamiz de otros intereses.
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