GACETA JURIDICA UVM SAN ANGEL

lunes, 11 de julio de 2011

Interpretaciones opuestas a la separación familiar


Del mismo modo que un enfermo se da cuenta que no se encuentra bien de salud, una familia puede notar síntomas que incomoden a los demás. Las señales más graves pueden ser la separación y el asilamiento.
Mientras no haya muestras de ruptura, es posible que las parejas lleguen a acostumbrarse otros vicios como pueden ser reclamos intolerantes a la imperfección o a los méritos propios, bromas pesadas o control sobre las actividades ajenas.
Estas formas de agresión pueden ser padecidas en bien de las relaciones interpersonales pero no dejan de ser molestas o desconcertantes. Por eso, en mi opinión, propongo en primer lugar detectar esas situaciones. Caer en la cuenta de la existencia de conductas violentas. Una vez identificadas, si se quiere salir adelante, darles el tratamiento que corresponde, que ordinariamente es más recomendada la paciencia, la benignidad y la cordialidad que la represión. Este enfoque puede permitir que la amistad dure mucho tiempo. Sin embargo, habrá casos extremos semejantes a la salud. Al modo que algunas enfermedades son tan serias que solo la intervención quirúrgica puede combatir tumores o afecciones malignos, de la misma manera en ocasiones es necesaria la separación y el aislamiento que lejos de ser  una disfunción, puede llegar a ser una buena medicina.

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